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Politizada y fuertemente marcada por las huellas de la historia, Plaza de Mayo ha sido testigo y escenario de numerosos acontecimientos en la vida nacional: allí se grito la independencia en 1810; allí se juró públicamente la Constitución en 1860; allí las madres y abuelas golpearon con su lucha a la dictadura militar; allí se congregaban los ciudadanos cada vez que necesitaban hacer oír sus voces, y allí se siguen congregando.
Plaza de Mayo abarca una manzana, se encuentra rodeada por los principales edificios públicos, y luce en su centro la Pirámide de Mayo: un monumento al Centenario de la Revolución, construido en 1811 y modificado numerosas veces, que se conforma por una estructura, cuya estatua situada sobre la cúspide representa la libertad.
Tras numerosos cambios, finalmente la plaza recibió el exquisito trabajo de parquizado del paisajista francés Carlos Thays, con palmeras provenientes de Río de Janeiro.
Hermoso espacio verde salpicado de historia y política, la Plaza de Mayo no puede pasar desapercibida para ningún turista de Capital Federal, Buenos Aires.
Enmarcada por calles Hipólito Irigoyen, Balcarce, Bolívar y Rivadavia (Bº Monserrat)