En Jujuy la historia entra en tensión con la actualidad puesto que sus calles con edificaciones nuevas conviven con construcciones arcaicas cargadas de historia, como su plaza principal que otrora fuera la plaza de armas, la catedral que data de 1765, la casa de gobierno y el cabildo.
Su rica historia, que tiene en su haber tres fundaciones, se puede conocer y vivenciar visitando el Museo Juan Galo Lavalle, donde las muestras reconstruyen diferentes etapas de organización y destrucción de la ciudad. Otros paseos meritorios, por la recompensa de la satisfacción que nos devuelven, son a las Termas de Reyes, que distan a unos 18 km. y cuyas aguas subterráneas nutridas de minerales son ideales para el descanso y el confort.
También es un lugar increíble para visitar las Salinas Grandes, una gigantesca depresión que abarca unas 12.000 hectáreas de sal que dibujan un verdadero desierto blanco enceguecedor, un horizonte blanco donde se pierde la mirada. Por su parte el Parque Nacional Calilegua es una reserva de unas 76.000 hectáreas de yungas, con una biodiversidad impensada, signada por el colorido y la variedad de especies.
Y así continuamos apuntando sitios para recorrer como: la Laguna de los Pozuelos, convertida en monumento natural ya que la pueblan cordones montañosos, cuyos humedales son de los más importantes del mundo.
SI a esto le sumamos que la gastronomía típica del lugar es muy buena: empanadas, choclos, tamales de vaca y cerdo o de maíz, locro, húmidas, con buenas dosis de ají, comino y pimentón y postres de quesillo y miel.
Jujuy tiene un encanto natural para visitar en cualquier época del año ya que sus veranos son cálidos y regados por lluvias y sus inviernos secos y suaves.
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