El vino es un bien preciado que ha ocupado un lugar privilegiado en el transcurrir de la historia universal. Su producción encierra secretos muy celados así como también un cúmulo de historias y costumbres ligados a la cultura de cada lugar en el mundo. Argentina cuenta con una gran trayectoria en la producción de diferentes tipos de vinos y ha sabido posicionarse también en el mundo del enoturismo.
Los paisajes que componen la ruta del vino en nuestro país van desde el Cafayate en Salta, pasando por Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén y finalizando en el alto valle de Río Negro, todos costeados por un paisaje imponente como es la cordillera de los Andes.
De esta manera visitar viñedos, bodegas, probar buenos vinos, conocer más sobre los procesos de producción y almacenamiento, comprar presentes, se suma a la posibilidad de recorrer paisajes increíbles. Son tantos los recursos de nuestras tierras que las opciones abren caminos para todos los gustos y necesidades.
Por esta razón el Ministerio de Turismo de la Nación viene pautando acciones para fortalecer esta veta turística. El pasado 22 de junio, firmó un convenio de cooperación con la UNCuyo para potenciar un plan operativo que incluye, entre otras cosas, un observatorio de Enoturismo y la creación de un sistema georeferenciado para la actividad en estas provincias argentinas.
“El vino es un componente de Marca Argentina muy poderoso para darnos a conocer al mundo”, señaló ese día el ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos frente a referentes de diferentes sectores como son el rector de la UNCuyo, Daniel Pizzi; el presidente de Wines of Argentina, Alberto Arizu; el presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers y vicepresidente de la Asociación de Sommeliers Internacional, Andrés Rosberg; y representantes de Bodegas Argentinas.
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