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Corrientes tiene payé, Corrientes tiene Iberá

El encanto del paisaje de Iberá no tiene desperdicio, desde la diversidad de fauna: carpinchos, monos que aúllan, yacarés, aves y ciervos de los pantanos, hasta su flora tan rica de montes, lagunas y selvas.

Es sólo llegar y el aire puro se siente como la mejor bienvenida, avizorando un encuentro de naturaleza, color y descanso.

Se puede optar por recorrerlo caminando, tomando contacto pleno con sus aromas, sonidos, y paisajes. Los atardeceres rojizos se reflejan en las aguas y la luna en su esplendor se replica en este espejo, sin dudas esta conexión con la naturaleza traen de la mano al relax y el disfrute.

Una vez en el lugar los baqueanos conducen a los visitantes por caminos recónditos o por los conocidos senderos de la Reserva Natural, también aconsejan sobre sabores de pescados de río, comparten recetas y secretos para cocinarlos, así como mates acompañados de chipá. Caminando por estos pagos se pueden obtener generosas fotos de este ambiente increíble o pasear embarcados en canoas por las aguas.

Llegando el final del día, el descanso es otra propuesta diferente, se puede optar por un lodge con servicios exclusivos o una casona que ofrece comidas típicas del lugar. Lo que uno elija será sin dudas el broche para un paseo sin igual.

A Corrientes también se llega en avión, al aeropuerto Doctor Fernando Piragine o vía la provincia vecina del Chaco, al aeropuerto Resistencia, el cual queda a unos escasos 17 kilómetros, por el Puente General Belgrano.

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