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Ría Deseado, una reserva natural increíble

Podría decirse que esta reserva nos conecta con una fauna tan diversa como atrapante, pululan en un paisaje calmo y diáfano, pingüinos, lobos marinos, aves marinas y costeras, toninas y delfines marinos muy pequeños.

Como toda reserva fue mediante una Ley que se habilitó la protección a toda estas áreas ubicadas sobre la Ría, quedando en resguardo sus costas, islas e islotes, espacios representativos de nuestra estepa patagónica. Con este marco legal se cuidan estos espacios únicos por su belleza y también se promueven la  realización de estudios para conocimiento del ecosistema, se trabaja para la conservación de la fauna, la conservación de los procesos ecológicos, etc.

Todo el estuario del Río Deseado desembocaba antiguamente en el mar, pero por esas cosas de la naturaleza hace unos 10 mil años el río dejó su cauce natural al retirarse los glaciares, siendo invadido por el mar hasta una extensión de unos 50 km. Esta invasión conllevó a que en él se inaugure la vida del mar.

Sus costas son un paisaje de ensueño, signadas por acantilados rocosos que datan del jurásico, playas con pedregullo y aguas cristalinas. Visitarla es un plan de aventura, de conexión con la naturaleza, haciendo expediciones en embarcaciones semirrígidas y también haciendo kayak.

La historia de Deseado es muy rica también, habla de un pasado de barcos y piratas, se sabe que por el año 1970 un barco de la compañía real de Carlos IV instaló un fuerte para extraer aceite de ballena y lobos, la cual fue abandonada 17 años más tarde debido al duro clima que había que soportar en zonas inhóspitas y los ataques de los ingleses también. Los restos de este fuerte fueron hallados en 2008.

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