El Museo de la Pachamama es uno de los sitios imperdibles para quienes visiten la región de Amaicha del Valle. Se trata de un parque interpretativo que se extiende a lo largo de 10000 m2, expresando toda la cultura de los pueblos milenarios que habitaron el Valle Calchaquí. Terrazas, desniveles, esculturas, grafías, cardones, y piedras, le dan vida a este espacio atrapante que es una obra del artista autodidacta Héctor Cruz.
Ya desde el exterior el visitante comienza a encontrarse con personajes de la mitología norteña: las puertas de acceso representan a sendos luchadores, que fueron realizados tomando el hierro como materia prima. Ingresando al predio, un tapiz gigante de piedras de diferentes tonos se presenta ante los ojos, obligando a prestar atención a cada detalle de este mágico mundo.
En los patios se pueden admirar esculturas de dioses milenarios; sobre las paredes y pisos, grandes símbolos pertenecientes a los pueblos originarios; y en un sector lateral, una terraza que rememora a las construidas por los nativos para desarrollar sus cultivos. Todo se matiza con la presencia de cardones y algunos árboles que terminan de recrear un verdadero paisaje tucumano.
Además de todos estos atractivos, el Museo de la Pachamama cuenta con una Sala de Geología en la que se puede observar una maqueta en escala que exhibe las peculiaridades geográficas del Valle Calchaquí; una Sala de Antropología, con una vivienda indígena que muestra una escena de lo que fuera su vida cotidiana; y Salas de Exposición, con tapices; pinturas; y cerámicas del artista Héctor Cruz.