Formación perteneciente al sistema de Tandilla, el más antiguo del país, la Sierra de la Tinta resguarda restos de antiguos asentamientos indígenas que todavía consiguen observarse en la rusticidad de su terreno.
Según reza la leyenda, el nombre le fue puesto por los aborígenes que extraían colores de la arcilla de los cerros, con los que pintaban sus cuerpos.
Aparece al noroeste de Barker.