Se trata de una vivienda de barro y paja construida con la tradicional técnica de chorizo, anterior al adobe. Su conservación lo ha convertido en un símbolo de Colón y su historia, ya que es un típico rancho en ele de la llanura bonaerense, construido así con la intención de que pasara desapercibido en el paisaje, entre los pajonales, por si acaso los indios.
Se ubica en la intersección de calles 38 y 25