Escultura realizada por el avicultor Héctor Senger en homenaje a la principal actividad productiva de Crespo, la que le merece la calificación de Capital Nacional de la Avicultura.
Se halla situada en el extremo sur del Barrio Jardín, cuyas calles responden a nombres de flores, y sobre el ingreso a la ciudad, permitiendo su identificación desde la Ruta Nacional Nº 12.