Añosa construcción levantada en 1830, la conforman una planta baja, un primer piso y una misteriosa azotea, esta última, inspiradora de una magnífica leyenda urbana según la cual suele divisarse allí la silueta de una mujer que murió por amor.
El balcón abarca todo el frente de la casa y sobre las rejas ostenta las iniciales de su propietario, Francisco La Palma, descendiente del Doctor en Medicina Juan de La Palma, quien fuera el primero en establecerse en Gualeguaychú junto a su esposa.
En el patio de entrada, una inmensa magnolia abraza la casa con su sombra.
Fue convertida en museo por el municipio local.
Puede visitarse de miércoles a sábado de 9:00 a 12:00; viernes y sábados también de 17:30 a 20:30.
Aparece en el ángulo noroeste de calles San Luis y Jujuy.