Con su maravilloso estilo ecléctico, la Catedral de Concordia, inaugurada en junio de 1899, aparece imponente ante la vista de los visitantes.
Tanto en su frente como en su interior, es posible advertir la presencia de tres naves: una principal, y dos secundarias donde hay diferentes altares.
El altar mayor, tallado en madera, pintado en oro y cobre, fue donado por Doña Flora Urquiza de Soler, hija del gran General entrerriano.
La catedral se erige frente a la Plaza Principal de la ciudad.