Erigida sobre un terreno que habría soportado con anterioridad la existencia de otros tres templos católicos, la magnífica Catedral de Paraná fue inaugurada como tal en 1885 y bendecida el primer domingo de octubre de 1886, día de la festividad de la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad.
Su edificio, de estilo ecléctico -el preferido por la arquitectura de la época-, posee dos torres y una cúpula externas, tres naves interiores, y una imponente estatua de San Pedro en la entrada. El campanario consta de cuatro campanas, una las cuales fue fundida en la residencia particular del General Urquiza con aportes de objetos de oro y plata donados por los vecinos.
El templo resguarda en su esplendor un Museo Histórico de importancia para los fieles católicos.
La Catedral de Paraná fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942.
Se ubica en calle Monte Caseros, entre Urquiza y 25 de Mayo.