Segundo gran núcleo poblacional de
La Pampa, la ciudad de
General Pico se erige en el noroeste, en cercanías al límite con la provincia de Buenos Aires, instituyéndose como portal de ingreso a los atractivos propios y circundantes. Pesca, náutica, termalismo, sitios históricos y paseos relajantes conforman la propuesta turística local.
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General Pico fue, en momentos de auge de los trenes,
nudo ferroviario, lo que impulsó su desarrollo durante años. Y es actualmente, gracias a las rutas provinciales que la atraviesan, punto de paso, eje de un gran centro agropecuario, lo que permite que siga en caminos de progreso.
Entre sus atractivos aparecen la bella
Plaza San Martín, las tentadoras calles peatonales, el
Museo Maracó con su colección de 700 piezas, una reproducción del
cabildo bonaerense realizada en madera, el
Chalet de los Ingleses, y la deslumbrante
laguna de 150 hectáreas propicia para la práctica de los más diversos deportes.
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Un tanto alejadas, las
Termas de Larroudé se mezclan en la cartelera piquense seduciendo al disfrute de tratamientos saludables, estéticos y descontracturantes. Estadía en el complejo o en la pintoresca ciudad de
General Pico, es válido hacer referencia a la excelencia de la hotelería, la gastronomía y los servicios en general.
Historia de General Pico
Las tierras sobre las que actualmente se erige la ciudad fueron compradas en
1905 por Eduardo de Chapeaurouge, decretándose el
11 de noviembre de aquel mismo año la fundación del pueblo bajo el nombre de
General Pico, en memoria del ex gobernador de la Pampa, recientemente fallecido, y de quien el flamante fundador fuera secretario de Gobierno.