Obra de una empresa francesa que lo inaugurara allá por 1880, el Puerto de Reconquista yace prácticamente en desuso sobre el Río San Jerónimo. Sólo ocasionalmente, algún barquito solitario zarpa hacia la correntina ciudad de Goya casi como intentando justificar la existencia del pintoresco astillero.
Pero el lugar ha encontrado una veta por donde escapar a la nostalgia de los buenos tiempos, atrayendo pescadores aficionados hacia sus importantes pesqueros para todos los gustos y especialidades.
Dan vida a este pedacito del litoral durante el fin de semana, pequeños restaurantes especializados en comidas a base de pescado.
