Es un sitio donde la arqueología se conjuga con las actividades rurales. Se trata de una pequeña propiedad privada, obra del ingenio de una familia apasionada tanto por la naturaleza como por el pasado histórico de las culturas indígenas que habitaron estos suelos. La principal atracción del lugar la constituye el museo arqueológico, donde puede apreciarse una bella colección de piezas de cerámica y elementos de arte rupestre, entre otros objetos representativos de las civilizaciones indígenas prehispánicas: ciénaga, aguada, angualasto, incaica. Cabalgatas por la finca, paseos en sulky, recorrido por una bodeguita del S. XIX, participación en las labores agrícolas completan la jornada en este lugar magnífico.
Se ubica 160Km. al norte de San Juan Capital, por RN 40.
