Salta Capital aparece inmensa en un cúmulo de tesoros naturales que suman excusas para elegirla. El Cerro San Bernardo es sin duda uno de ellos: el camino de ascenso invita a trepar durante 1070 escalones e ir admirando las 14 estaciones de un Vía Crusis. Para quienes prefieran las bellas vistas panorámicas, la opción de arribar a la cima en el teleférico será la más adecuada.
Al hacer cumbre el visitante se encontrará con la Cruz de madera con la inscripción: Cristo Vive, Reina e Impera, que fue colocada en el año 1901 para celebrar el inicio del siglo por iniciativa del Obispo Monseñor Linares. A su lado se eleva la imagen del Cristo Redentor, fundida en cobre sobre un pedestal y colocada en 1903.
Además se encuentra un complejo con terrazas y balcones, construidos con piedras del mismo Cerro, una confitería y locales de venta de artesanías que invitan a llevarse un recuerdo de esta experiencia única.
En 1991 el Cerro San Bernardo fue declarado Reserva Natural Municipal, resguardando alrededor de 100 hectáreas, situadas a 1458 msnm y a 258 m. sobre el nivel de la ciudad. En este espacio se puede encontrar especies de la flora y fauna autóctonas, como quebrachos, talas, ceibos, algarrobos, cebiles, entre las primeras, y como corzuelas, chancho rosillo, pájaro carpintero, picaflor, víbora cascabel e iguana overa, entre las segundas.
Los amantes de la arqueología también disfrutarán de este paseo apreciando rocas de origen marinos y fósiles que dan muestran de que, hace 400 millones de años, éste sitio estaba cubierto por un mar de aguas poco profundas, que se retiró por los movimientos sísmicos que dieron origen al Cerro.