En el origen de las vertientes termales que caracterizan a la localidad de Rosario de la Frontera; en el nacimiento del arroyo Salado; se alza la espiritual Gruta de la Virgen de la Montaña.
El día 15 de agosto de cada año, el paraje salteño es testigo de una peregrinación en adoración a la virgen, y pocos pierden la oportunidad de tocar las piedritas que constituyen su entorno, para sentir así el calorcito del agua que brota en las inmediaciones desde 4 mil metros de profundidad.