Los Médanos, formaciones de arenas muy blancas y finas, actúan como portal de la Quebrada de Las Conchas, inaugurando un paisaje colorido que se ubica entre los más bellos de Salta.
Se trata de una sucesión de fantásticas formas que la erosión ha esculpido en la montaña y a las que los lugareños han bautizado con denominaciones de la cotidianeidad como Los Castillos, El Obelisco, El Fraile, El Sapo, entre otros.
Al cabo de unos 50 kilómetros de recorrido por la quebrada, se llega al Anfiteatro y la Garganta del Diablo, dos recintos circulares, a cielo abierto, tallados en la roca por una cascada hoy desaparecida. En estos anfiteatros naturales se hacen espectáculos de música privilegiados con la sorprendente acústica del lugar.
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