Portón del Norte Santafesino, la ciudad de San Justo goza de una posición estratégica fundada en el centro mismo del departamento que encabeza, y distante apenas 100 kilómetros de la capital provincial. Su dinámica diaria y eventual se encuentra determinada por el acontecer de las numerosas instituciones sociales y deportivas allí existentes. El Club Sanjustino y el Club Colón dominan la escena.

La zona de influencia de San Justo, enclavada en la Pampa Deprimida, con niveles uniformes y fértiles suelos, se caracteriza por ser agropecuaria, con producción de soja como principal cultivo sembrado, encontrándose también maíz, sorgo, girasol y trigo. Y es esta línea la que la ciudad está siguiendo en búsqueda de su incorporación a los circuitos turísticos a través de iniciativas privadas impulsoras del turismo familiar en campos y estancias.

Ahora, si algo ha distinguido tradicionalmente a esta ciudad, ello es su tendencia cultural. Además del Museo Histórico Municipal y el Museo de Ciencias Naturales, ambos caracterizados por la calidad de sus piezas, su cuidado y orden, San Justo resguarda algunos edificios en los que el pasado se hace presente colmándolos de importancia. Entre ellos vale una mención especial el Comercio Agember, que conserva aún su completa infraestructura original y que nunca ha dejado de funcionar.

La Casa de la Cultura, creada en 2005 en el edificio de la antigua Escuela Normal; la Biblioteca Popular “Marino Moreno”, constante organizadora de concursos literarios y congresos; el Club Social Cosmopolita, integrado por teatro, cine, música y danza; y las múltiples Agrupaciones Tradicionalistas completan la cartelera de la ciudad que no deja fuera los variados eventos y fiestas.

Historia de San Justo
Región conocida en el siglo XIX como Rincón de Avechuco, el conjunto de tierras sobre las que actualmente se alza San Justo fue cedida en 1868 al gobernador entrante, Mariano Cabal, por el gobernador saliente, Nicasio Oroño.
El 6 de mayo ocurriría la fundación de la colonia agrícola llamada San Justo. No obstante, las frecuentes sequías impedirían la prosperidad esperada.
La situación cambiaría en 1882, año en que el gobernador Simón de Iriondo dispone el repoblamiento de San Justo con el aporte de nuevos inmigrantes.
La primera comisión de fomento se establecería en 1887 en reemplazo de la autoridad policial, y en 1888 llegaría hasta San Justo el ramal Santa Fe- Resistencia del entonces Ferrocarril Santa Fe.

Para 1930, el pueblo ya contaba con varias instituciones educativas y sociales. En esa época también se concretaba el camino pavimentado que lo unía con la capital provincial. Y en 1959, conseguía el título de ciudad.
Desde su creación, San Justo debió superar distintos contratiempos. Los comienzos fueron difíciles, y en 1973, un siglo después de su establecimiento, cuando todo parecía encontrarse en equilibrio, un tornado arrasó con gran parte de la ciudad, empujando nuevamente hacia la revalorización del lugar.