Mandada a construir en 1902 por el señor Ramón Silva, la más que centenaria Capilla de San Antonio contempla silenciosamente el paso del tiempo desde la vera de la ruta.
Silva había llegado al pueblo apenas unos años antes y habiendo aprendido rápidamente la lengua nativa, colaboraba en la organización de la Fiesta de San Antonio: el Santito de los indios. Fue así que mandó a construir la capilla en terrenos de su propiedad como regalo a los nativos y su santo de devoción.
No obstante, la capilla fue poco utilizada debido a que la creencia de los aborígenes de que el santito quería vivir entre su gente provocaba la misteriosa desaparición del mismo y su aparición en el ranchito.
Posteriormente la capillita sirvió como vivienda de emergencia y como capilla rural.
Se alza unos 3Kms. hacia el norte de la planta urbana, a la vera de la ruta Nº 1.
