Cada 7 de agosto devotos y no tan devotos rinden honor a San Cayetano. Es patrono de los abogados, banqueros y trabajadores, por lo que miles de fieles peregrinan hasta su imagen para pedir el pan de cada día y agradecer los favores recibidos.
Gaetano de Thiene nació en Vicencia en 1480, se recibió como abogado, se ordenó como sacerdote en Roma, y murió en Nápoles en 1547. Cuenta la fe católica que un día de oración, el sacerdote Cayetano tuvo una visión en la cual se le aparecía la Virgen poniéndole al Niño Jesús en sus brazos. Motivo por el cual se lo representa cargándolo. El Papa Clemente X lo proclamó santo en 1671.
Las primeras imágenes de San Cayetano en Argentina desembarcaron en los baúles de los inmigrantes italianos a principios del siglo XX. Desde entonces, el santo moraba en una capilla que las Hermanas Hijas del Divino Salvador habían levantado en el oeste de la ciudad de Buenos Aires.
Dicen que este santo se convirtió en el más popular del país en 1968, cuando el padre Angel Sallaberrembarde lanzó una cruzada: “Cambie sus promesas de velas y flores por alimentos, ropa y medicamentos para los más necesitados”. De ahí en más, la gente se arrodilló ante San Cayetano y le pidió pan. Y como el que pide pan pide trabajo, San Cayetano fue, desde entonces, “San Trabajo”.