El Salto Elena se ubica sobre un pequeño afluente del imponente Río Paraná. Un accidente geográfico y una hermosa gruta provocan esta caída de agua que se arroja desde 10 metros de altura.
Pequeñas cascadas que se suceden una tras otra, debido a los desniveles del terreno, dan forma a este salto rodeado por el imponente verde de la selva misionera.