En el noroeste de la Provincia de Buenos Aires, Florentino Ameghino aparece entre el ambiente tranquilo que la llanura pampeana expone al alejarse de los grandes centros urbanos. Postales rurales se van desplegando a lo largo de la Ruta Nacional Nº 188 hasta que el conglomerado urbano aparece para interrumpir la fisonomía y anunciar la llegada a la ciudad.
Calles anchas, en las que las costumbres de antaño se mezclan con la vida moderna, son transitadas por pintorescos sulkys que anticipan la serenidad con la que se vive en estas tierras; casas altas y antiguas que se levantan sobre angostas veredas sorprenden al visitante que parece haber emprendido un viaje en el tiempo; estas son algunas de las imágenes que emocionan a primera vista.