Entre campos dedicados a la agricultura y la ganadería, aparece una ancha avenida que conduce a la localidad de Ibarreta. Ciudad de casi 90 años, sorprende con grandes letras blancas que indican su nombre, recostadas sobre un colorido mural que sintetiza el trabajo de las comunidades rurales.

Cómo en la mayoría de las localidades formoseñas, el paso del tren fue muy importante para el desarrollo de la localidad. La Estación del Ferrocarril General Manuel Belgrano se conserva en buen estado rodeada de un parque que convoca a los lugareños para tomar mate durante el verano.

Otro de los sitios visitados durante los días calurosos, que en esta región son muy frecuentes, es el Polideportivo Municipal: un gran predio ostenta dos piletas, una olímpica y otra para niños, permitiendo a toda la familia deleitarse con sus claras aguas.

Además cuenta con canchas para practicar deportes como fútbol, vóley y básquet. Las actividades hípicas también tienen su lugar en el Club Hípico Municipal.

Y hay más por visitar… dos plazas centrales invitan a descubrir sus tesoros: bordeada por un lago, en una de ellas los atardeceres son imperdibles: el sol hace brillar las aguas regalando una postal inolvidable; en la otra, el perfecto parquizado se adueña de la vista, ofreciendo un espacio ideal para los espectáculos públicos.