Iruya es circuito de trekking, es desafío constante a los pies del turista, es animarse a más en la crudeza del paisaje, pero nunca sin guía. Es que en este paraje casi aislado de Salta y del mundo, la caminata es el mejor modo de disfrutar a pleno del entorno, no obstante, hacer caminatas por estas distancias no es tan fácil como suponen quienes se lanzan solos por los senderos extraviándose sin remedio.
Imagen - Gentileza Secretaria de Turismo de Salta
Si bien Iruya invita al descanso y la meditación en su territorio dormido en el tiempo, también el asombro tiene cabida aquí a través de sensacionales cabalgatas y apasionantes expediciones de trekking.
Una de las más destacadas excursiones es la que conduce por los Valles del Silencio permitiendo un encuentro directo con la vida natural y la propia esencia humana. Paisaje colorido, contacto con culturas locales de raíz indígena pre-hispánica, se trata de un trekking panorámico de altura que estremece todos los sentidos.
Y para aquellos que deseen conocer el interior del departamento, la única modalidad que lo permite es el viaje a lomo de mula. Allí, el turista osado dará con el paisaje montañoso en toda su agresividad y magnitud.
Otro recomendable atractivo próximo a Iruya lo conforman las ruinas indígenas de Titiconte, por su imponencia física y su gran importancia arqueológica. |