A 93 kilómetros de Andacollo, en el norte de la Provincia de Neuquén, la localidad de
Manzano Amargo espera ansiosa a sus visitantes para regalarle exquisitos paisajes. Tierra de montañas y estepa, es un paraje que se destaca por la tranquilidad que ofrece y las maravillas naturales que lo rodean.
Imagen - Secretaria de Turismo de Neuquen
Ubicada en el Departamento de Minas, es acariciada por el majestuoso
Río Neuquén que la transforma en una región ideal para la captura de truchas arco iris. La
pesca con mosca y el
rafting serán algunas de las actividades que el turista podrá disfrutar en este rinconcito que estalla de bellezas por doquier.
Un puñado de casas inmersas en un verde brillante que contrasta con las oscuras cumbres de los cerros que las rodean, conforman este pequeño poblado. Rodeado por campos que se mueven al paso del ganado ovino y caprino, o se tapizan con especies como el pino ponderosa, es un destino imperdible para quienes disfruten de la sencillez y las sensaciones nuevas.
Dejarse llevar un recorrido al
aire libre será inevitable. Así se podrá descubrir la imponente
cascada “La Fragua” y toda la hermosura que despliega a tan sólo cuatro kilómetros del pueblo; muy cerca de allí dos
bosques exponen la flora y fauna de la región andino-patagónica y las
cavernas que se ubican al pie de las montañas son una tentación irresistible; mientras a lo lejos el
Volcán Domuyo se observa, imponente, sobre el horizonte.