Herve E. Paul, un asiduo visitante de Mar del Sur, eligió esta localidad balnearia para construir una propiedad para veranear. En 1984 culminó la construcción y tuvo la peculiar idea de revestir su frente con caracoles.
Recorriendo las playas, juntó uno por uno los caracoles para lograr su preciado objetivo. Tras 12 años de trabajo artesanal, porque está recubierta a mano, en 1996 quedó terminada. Es una obra de singular atractivo, que incorpora diferentes especies, fruto de la voluntad y paciencia de su creador.