Paraíso pesquero, toda la zona de Mar Chiquita expone sus aguas plagadas de especies para deleite de los aficionados al deporte del pique. Desde el reconocido balneario hasta Mar de Cobo, y más aún hasta Santa Clara del Mar, los peces son el festín de los visitantes que llegan a estas costas con su caña o su mediomundo.
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Zona accidentada, cuyo fondo se conforma por piedras toscas, Mar Chiquita constituye un desafío para el pescador experimentado que deberá demostrar su capacidad sorteando las numerosas dificultades del terreno, evitando los temidos enganches, y alzándose con excelentes piezas deportivas como lo es la codiciada corvina negra, atraída hacia estas costas por los mejillones y cangrejos que se esconden tras sus piedras. El promedio de peso de esta especie ictícola de gran valor competitivo es de entre 4 y 6 kilogramos. No obstante, en las aguas de Mar Chiquita suelen capturarse ejemplares que superan los 15 kilogramos.
Corvinas rubias, lenguados, meros, pescadillas, pejerrey escardón y panzón, brótola, cazón, rayas, chuchos, son otras de las apetecidas especies que pueden atraparse en estos cursos bonaerenses.
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Dos espacios se distinguen en la amplia costa pesquera de Mar Chiquita. Por un lado Mar de Cobo, poseedor de fondos de arena y piedra tosca ideales para la pesca de corvina negra y pejerrey panzón; y por otro La Baliza, sector de médanos y aguas profundas de muy buen pique, donde pueden capturarse brótolas, como así también escualos a tiro de caña.
Pesqueros y recreos acondicionados con servicios que permiten disfrutar de excelentes jornadas al aire libre, en familia o entre amigos, satisfaciendo las ansias de pesca y contacto con la naturaleza, completan la propuesta de este fascinante sitio.