Imponentes, desafiantes, majestuosas, admirables, no existe en lenguaje alguno la palabra capaz de describir completa y perfectamente este milagro de la naturaleza. Las Cataratas del Iguazú, situadas en el extremo noroeste de la provincia de Misiones, constituyen uno de los privilegios naturales más atractivos de Argentina. Visitadas permanentemente por miles de turistas que llegan hasta estos suelos desde todos los puntos del mundo, exhiben orgullosas sus bellezas incomparables ofreciendo a sus visitantes una amplia gama de actividades a desarrollar en el territorio anexo.
Rodeadas por un marco salvaje y agreste de vegetación subtropical, las Cataratas del Iguazú brotan a 23 kilómetros de la desembocadura del río homónimo, alcanzando alturas que oscilan temerariamente entre los 50 y 80 metros. Compartidas con el limítrofe Brasil, la frontera inaccesible se dibuja en la fabulosa Garganta del Diablo, la que, constituida por 275 saltos cayendo estrepitosamente en infinidad de cascadas, deslumbra las miradas atónitas tentando al riesgo.
Modernas y laberínticas pasarelas permiten el descubrimiento de cada rincón de este paraíso en plena Misiones, aunque más aventurado aún resulta internarse en las mismísimas cataratas a bordo de embarcaciones especialmente preparadas para tal fin. Adrenalina, vértigo y las más apasionantes sensaciones inundarán el alma en cualquiera de los caminos que se elija tomar en los alrededores de las Cataratas del Iguazú, por lo que es recomendable no omitir el trayecto de ninguno de ellos, y disfrutar sin restricciones de la frescura del agua y la perfección del paisaje.
El intenso y extenuante recorrido, a causa de la humedad del ambiente, no afecta la emoción de vivir esta satisfactoria experiencia que quedará guardada en la memoria exigiendo siempre la ansiada repetición.