En las tranquilas praderas que la Provincia de Buenos Aires ofrece, donde el aire puro confluye con la serenidad necesaria para descansar, la ciudad de Pehuajó no desentona con su entorno.
Por su ubicación geográfica, entre las tierras más fértiles de la pampa, las actividades agropecuarias son la base de su desarrollo. Los campos se tiñen de diversos colores de acuerdo al cultivo que los tapiza, o se dejan transitar por el ganado. Esta rica materia prima encuentra su industrialización en los frigoríficos y el imponente Molino Harinero.
Pero la tierra que diera origen a la famosa tortuga Manuelita tiene otras sorpresas para el visitante que la elige: la encantadora Plaza Dardo Rocha propone un agradable paseo; el Parque General San Martín sorprende con sus añejas arboledas, los lagos artificiales y su anfiteatro; el Palacio Municipal y la Parroquia San Anselmo son edificios digno de admirar: el primero por su majestuosa arquitectura y el segundo por la modernidad que exhibe.