Sorprendiendo a los visitantes de la patagonia,
Playas Doradas es una villa veraniega a orillas del atlántico que atrae por la diversidad de propuestas y la serenidad que se pasea por sus playas.
Dueña de arenas con un color reluciente, ostenta grandes dunas capaces de hacer del
sandboard una de las actividades preferidas; el ascenso y descenso a estas ondulaciones invita a emprender una travesía de la mano de
4x4 o cuatriciclos. Para los visitantes más tranquilos,
caminatas; paseos en bicicleta o
cabalgatas a orillas del mar son algunas de las propuestas.
Pero hay mucho más por descubrir en los alrededores: a 28 kilómetros, en Sierra Grande, los deportes de montaña como el
rappel y la
escalada convocan a todos los aventureros; en la cercana
Isla de los Pájaros, los
avistajes de aves son un espectáculo imperdible; las ballenas francas pueden ser admiradas desde
Puerto Lobos; en la desembocadura del arroyo Salado, los cangrejales son un atractivo indiscutible.