Con una costa muy bien poblada de especies como corvinas, pescadillas y brótolas, entre otras igualmente codiciadas, la zona de San Bernardo se presta apta para la práctica de pesca deportiva atrayendo a los pescadores apasionados, amantes de la tranquilidad y el silencio.
Desde el muelle de la ciudad, con caña y mediomundo, o apostando a pintorescas embarcaciones que se internan en el mar en busca de mejores piques, los aficionados podrán capturar en las aguas sanbernardinas desde besugos, palometas y meros, hasta lenguados y abadejos.
La Lucila del Mar, lindante a San Bernardo, anexa a esta propuesta deportiva, su extenso muelle de madera iluminado artificialmente de modo de permitir e influenciar la pesca nocturna.