A 48 kilómetros de San Salvador de Jujuy, ya con los colores radiantes de la Quebrada de Humahuaca,
Tumbaya espera la llegada de sus visitantes para regalarle todo su espíritu norteño.
Un puñado de casitas bajas expresan la sencillez que acompaña a los habitantes de este destino, que transitan pausadamente por sus callecitas de adoquines. Con una tranquilidad que sorprende a quines provienen de las grandes ciudades, es un destino indicado para descasar y disfrutar de paisajes bellísimos.
Montañas coloreadas con tonos rojizos, ocres, y a veces matizadas con el verde de los cardones o los cultivos frutales, rodean a este paraje que ostenta una
Iglesia cuya construcción data de 1796. Enmarcada por un muro que se abre en el frente con un arco para permitir el ingreso, tiene un campanario ubicado en uno de sus laterales, una sola nave y paredes levantadas con adobe y paja, un material muy utilizado en esta región.
Otro lugar para visitar es su
Plaza, dónde se puede encontrar un espacio muy arbolado con una fuente y una estatua que recuerda a San Francisco de Solano. Se dice que el santo transitó por estas tierras desarrollando su tarea pastoral. El paseo urbano se completa con un recorrido por el
Museo Histórico Cecilio Bustamante, que atesora parte de la historia regional.
Fiestas religiosas, platos típicos y la curiosa mezcla de la cultura hispana con la autóctona, hacen de esta propuesta turística una tentadora opción a la vera de la Ruta Nacional Nº 9.