Llegados de Italia a fines del siglo XIX, Mateo Osella y su esposa se instalan en Córdoba dedicándose a la compra y venta de campos para el cultivo. Una vez concretada la obra del Embalse de Río Tercero, con gran visión adquieren tierras aledañas y, junto a Gustavo Riemann, crean la Sociedad Osella-Riemann para la urbanización de Villa Rumipal.
En 1934, Mateo Osella reparte en vida sus bienes quedando para Mateo Osella (h) 225 hectáreas a la vera oeste del lago, las cuales darían origen a su sueño de levantar una villa turística. Con ese fin compra otras 18 hectáreas sobre el Embalse para dar a la villa su propia costa.