Serenidad, inmensidad, y postales que desbordan de belleza abrazan a la pequeña
Villa El Cóndor atrapando a sus visitantes con cada uno de sus encantos. El azul en el cielo y en el mar; el dorado de las arenas; el trinar de las aves y el aire puro le dan forma a este paraíso terrenal.
Extensas y anchas
playas, que en suave declive se internan en las aguas del océano, les dan la bienvenida a los visitantes que transitan desde
Viedma a través de la Ruta Provincial Nº 1. Con ese toque agreste tan buscado por quienes ansían alejarse de las grandes urbes, sorprenden con sus acantilados y la nutrida presencia de
aves.
Relajarse bajo el sol; emprender largas
caminatas por la costa, a la hora del atardecer, para admirar cómo el sol dora todo a su paso; divertirse con deportes como el
beach voley o el
fútbol playero; disfrutar de alternativas más
aventureras, que desafían el relieve, como las
travesías 4x4 o en cuatriciclos; o tentarse con disciplinas como el
carrovelismo, kitebuggy, o
parapente, se suman a esta completa cartelera exponiendo que todo es posible en este destino de la patagonia argentina.