Centro geográfico de Calamuchita, Villa Yacanto merece la clasificación como uno de los parajes más encantadores de las serranías cordobesas. Antepuesta al Cerro Champaquí y privilegiada por la naturaleza, la población depende económicamente del turismo y la explotación maderera.
Imagen - Turismocordoba.com.ar
Villa Yacanto oficia de cabecera de la zona centro oeste del Valle de Calamuchita, a la que pertenecen los parajes El Durazno, San Miguel de los Ríos, La Florida y Río Grande; en tanto el macizo rocoso de las Sierras Grandes la separa de su localidad hermana: Yacanto de San Javier del Valle de Traslasierra.
Un paisaje campestre con elevados cerros, arroyos límpidos y torrentosos ríos ubican a Yacanto en un lugar de privilegio en cuanto a la atracción turística que halla en él múltiple expresión. Asimismo, la explotación de madera aparece como una de las actividades económicas típicas que crece junto a los bosques de pinos, álamos y robles.
Matizado por una planicie que se abre ante el descenso de ríos y arroyos, al pie de los cerros, Yacanto de Calamuchita tiene para ofrecer al visitante playas refrescantes, estancias rurales, turismo de aventura y variados atractivos naturales.
Imagen - Turismocordoba.com.ar
Historia de Yacanto
Originada como un obsequio que el gobernador Pedro de Marcado de Peñalosa le hizo al general Manuel de Fonseca Contreras el 15 de Octubre de 1598, y que éste heredó a su viuda Leonor de Tejeda, quien mandó a fundar en 1613 el Monasterio de Santa Catalina de Siena entregando a la institución todos sus bienes, la propiedad pasaría posteriormente a integrar la Compañía de Jesús, hasta la expulsión de los jesuitas en 1767.
Imagen - Turismocordoba.com.ar
La fundación del pueblo, por su parte, data del 29 de noviembre de 1768, fecha en que Don Dalmacio Vélez realiza la mensura de la extensa propiedad jesuítica de la Estancia de San Ignacio, conociéndose desde entonces a este puesto como Estancia de Yacanto de San Ignacio. Una parte de la estancia sería luego segmentada dando nacimiento a dos poblaciones, una a cada lado de las Sierras Grandes y con el mismo nombre: Yacanto de Calamuchita y Yacanto de Traslasierra.
Durante el siglo XIX, específicamente en 1861, Luis Nicendo Villagra dona una cuadra y media de terreno con el propósito de que el oratorio existente se convierta en capilla pública. A partir de allí comienza el lento crecimiento de la población. Villagra vende la Estancia a José Moselo y, varios años después, éste la vende a José Marrero, un inmigrante canario que dispondría el trazado del plano de la villa, el cual fuera aprobado en 1941.
