Tan largo como la provincia de Catamarca, el Salar de Antofalla ocupa una importante extensión del centro norte de la misma inundando el territorio con su misterio blanco.
Caracterizado como uno de los lugares más inhóspitos e inaccesibles de la atractiva Puna Argentina, este salar de 163 Kilómetros aparece como un amplio espacio vacío de agua y vegetación, y ocupado únicamente por solitarias formas moldeadas por los caprichos de la erosión durante milenios. Una clara muestra de ello es el extremo sureste del Salar de Antofalla, que se exhibe hiperárido y ornamentado con extraordinarias formaciones salinas terciarias.
Se ubica al norte de Antofagasta de la Sierra, y al oeste del Salar del Hombre Muerto.