Enorme y prácticamente despoblada, la localidad de Antofagasta de la Sierra aparece sorprendente y enigmática ante los ojos de quienes se atreven a visitarla. Ocupando el centro norte de la provincia de Catamarca, constituye un oasis de altura. Por allá, cerca del cielo, a 3.400 m.s.n.m, espera ansiosa la llegada de los turistas, mientras se prepara con los mejores servicios y las más pródigas bellezas.
Imagen - Secretaría de Turismo de la Nación/Pablo Coria
Montañas, volcanes, desiertos, hacen de este territorio un escenario desafiante que invita a la aventura, el andinismo y la supervivencia. Sus paisajes únicos y fascinantes provocan una sensación de inmensidad que sólo puede repetirse después de haber capturado y perpetuado en fotografías aquella hermosura.
Su casco urbano, escasamente habitado, conserva casas pintorescas de doble encalado y basamento de piedra, y representa el principal punto de partida para iniciar el recorrido por toda la Puna Catamarqueña, ofreciendo variadas excursiones entre las cuales destacan la visita al Cerro Torreón, al Salar del Hombre Muerto y a los profusos volcanes que se extienden por toda la región.
Numerosos sitios de interés arqueológico, y artesanas tejedoras esparcidas por toda la villa, señalan un circuito cultural que conduce posteriormente a petroglifos y pucaras que han vencido el paso del tiempo inmortalizándose en Antofagasta.
Ubicada a poco más de 500Kms. de la capital provincial, y rodeada por paredones de piedra de hasta 100 metros de altura, Antofagasta de la Sierra, Catamarca, es el lugar ideal para alejarse del ritmo citadino y disfrutar de unas vacaciones diferentes y memorables.
