Los comienzos de la Iglesia Santa Catalina, se remontan al año 1613 en otro emplazamiento, trasladándose a su actual ubicación, en el año 1641. Su fachada refleja un claro y definido neoclásico contrastando con el sólido barroco que corona el ingreso al Monasterio, se destaca una escultura de Santa catalina de Siena, patrona de la iglesia.
Su interior, tranquilo y oscuro, finaliza con la mística reja de la clausura que alberga el canto dulce y apacible de las religiosas que impregnan de alegría los muros del templo. Su recorrido nos conmueve con cada uno de los detalles, lo que hace imprescindible visitar la Iglesia Santa Catalina cuando se recorre la Ciudad de Córdoba.