Dando nombre a la ciudad, la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores constituye uno de los patrimonios arquitectónicos más valiosos de la localidad. Posee una gran cúpula en el centro y tres naves que conforman la planta de Cruz Latina, con estilo neorromántico. Comenzó a construirse en 1859, pero en forma gradual.
La imagen de la virgen es otro atractivo indiscutible. Llegó a la ciudad el 14 de julio de 1817 de la mano del sacerdote Francisco de Paula Robles. Su atuendo incorporaba bordados de hilos de oro y piedras preciosas. Pocos meses después fue arrebatada por un malón de indígenas que destruyera e incendiara la iglesia, pero fue recuperada y entregada al cura párroco.