Icaño es una apasionante villa turística del sur catamarqueño, emplazada sobre las tierras que fueran ocupadas por diaguitas, juríes, tocontés y lules. Su pasado aborigen se transforma en un presente que los honra con un museo, espacios públicos y un sinnúmero de esculturas que se dispersan por todo el conglomerado urbano.

Bordeada por un río, su camping es uno de los lugares indicados para disfrutar de un paseo al aire libre. Las arboledas despliegan su sombra; coloridos juegos infantiles divierten a los más pequeños; las piscinas son una refrescante opción para los cálidos días de verano; un pintoresco puente colgante atraviesa el curso de agua completando un paisaje de ensueño imposible de no visitar.

El Parque Guallata Huasi también ofrece sus encantos e invita a deleitarse con una variada feria: artesanos que trabajan cuero, piedra y madera exhiben sus creaciones; las comidas regionales tientan con sus exquisitos aromas, mientras suena la música de algún artista local. Cada domingo este espectáculo urbano y autóctono se repite.

El nombre de la localidad, Icaño, tiene como una de sus acepciones la palabra “tuna”.  Cada verano, la Fiesta Nacional de la Tuna convoca a toda la familia en el anfiteatro municipal: comienza con un reluciente desfile de comparsas para continuar con la danza, el canto, y finalizar con la elección de la reina. Otra de sus celebraciones populares es la Fiesta Provincial del Agricultor.