Circuito de la Ruta 40, La Rioja, Argentina
Circuito de la Ruta 40, La Rioja, Argentina
Mítica y encantadora, la Ruta Nacional N° 40 se lanza por el centro de la Provincia de La Rioja regalando paisajes que desbordan de belleza autóctona. Elevaciones rojizas que van tomando extrañas formas aparecen para ponerle un sello único e inconfundible a este tramo desde el que se puede acceder al impactante Parque Nacional Talampaya. Continuando, ciudades y pequeñas comunidades cuyanas se hacen presentes junto a un paisaje fascinante que regala múltiples sorpresas.
La maravillosa Cuesta de Miranda, el Valle de Famatina, y las Tamberías del Inca, son sólo algunos de los sitios imperdibles para quienes se lancen por tierras riojanas…transitando este sendero interminable que recorre toda la Argentina.
Guandacol
A 43 kilómetros de Villa Unión
Sumergida en los fascinantes paisajes del cuyo argentino,
Guandacol aparece a orillas de la mítica Ruta 40 ampliando la oferta turística del oeste de la Provincia de la Rioja.
Pueblo sencillo, recorrido por un espíritu rural que lo domina, se emplaza a los 1050 metros sobre el nivel del mar y está rodeado por coloridos cerros que trepan hacia el cielo sin demasiada preocupación. Las postales que lo circundan exponen toda la belleza de este valle que se asienta sobre las laderas de la precordillera, está recorrido por algunos ríos de deshielo, y posibilita el cultivo de vid, olivos y algunos frutales.
Transitarlo es sumergirse en un mundo diferente, dónde la paz parece haber encontrado su morada: callecitas con algunos árboles no muy frondosos permiten descubrir la tradicional Iglesia de San Nicolás; el monumento y las ruinas del rancho del caudillo riojano Felipe Varela; la pintoresca Plaza y la cotidianeidad de su gente.
Pero esto no es todo, la naturaleza espera a pocos kilómetros para exhibir sus tesoros más exóticos y encantadores. Opciones aventureras se imponen para arribar al Vallecito Encantado, dónde las geoformas aparecen y maravillan a todos sus admiradores. Otra alternativa es visitar el Cerro Bola, para descubrir las líneas que lo atraviesan y permiten dar cuenta de su proceso de formación.
Avistajes de flora y fauna; travesías en cuatriciclo; cabalgatas y montañismo se suman a esta cartelera para volverla más amplia y apreciar la belleza de estas latitudes con todos los sentidos.
Guandacol también es un excelente punto de partida para emprender una excursión hacia el Valle de la Luna; Talampaya, o la Cuesta de Miranda.
Parque Nacional Talampaya
A 72 kilómetros de Villa Unión
Reconocido por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad, el Parque Nacional Talampaya, se alza en las serranías bajas hacia el oeste de la provincia de La Rioja, allí donde existía desde 1975 una reserva provincial, exhibiendo su gran belleza paisajística, y sus tesoros arqueológicos y paleontológicos.
Extendiéndose en una superficie de 215 mil hectáreas, constituido por enormes y extrañas formaciones, producto del paso del tiempo y la acción de los agentes erosivos, y envuelto por un halo de misticismo que alimenta su atractivo, Talampaya ostenta imponentes cañadones de rectos y altos paredones, en los cuales se descubren las imágenes del Monje, el Rey Mago, La Torre, entre otras.
Con una flora predominante arbustiva, rala y achaparrada, este río seco del tala, como reza su nombre en voz quechua, presenta enormes dimensiones prácticamente desprovistas de vegetación, mientras la mayoría de las plantas dispersas en el territorio se arrogan bondades terapéuticas. Sobre los cauces temporarios se desarrollan bosques abiertos con algarrobos, y en la zona de Los Cajones, molles de beber.
Protector de especies autóctonas, el Parque resguarda y es hábitat de animales como el guanaco, la liebre mara, cuises, vizcachas, zorros, hurones, ardillas de las sierras, y el pichi- llorón y el pichi- ciego que se hallan en peligro de extinción; siendo un espectáculo imperdible de presenciar, el vuelo del Cóndor Andino sobre el Cañadón de Talampaya.
Valor paisajístico, geológico, paleontológico y arqueológico, el Parque Nacional Talampaya se caracteriza además por resguardar una muestra representativa del monte, un ambiente desértico únicamente presente en Argentina, así como el retamo, la chica y la verdolaga.
No obstante sus maravillas naturales, la importancia de Talampaya también reside en su riqueza histórico- cultural, presente principalmente en los grabados figurativos -antropomorfos y zoomorfos- y abstractos -geométricos diversos-, realizados por hombres que habitaron la región miles de años atrás.
Trekking, safaris fotográficos, paseos contemplativos, avistajes, y toda actividad que imagine vivir en contacto con la naturaleza, el Parque Nacional Talampaya constituye un destino obligado en su visita a La Rioja.
Imagen - Argentinaturismo.com.ar
Villa Unión
A 43 kilómetros de Guandacol
Corazón del Valle del Bermejo, la agradable Villa Unión se caracteriza por su ambiente de pesca deportiva maximizado en el Dique Villa Unión y sus hectáreas de agua. La ciudad además cuenta con diferentes atractivos naturales y culturales: “La Isla”, formación rocosa con importantes petroglifos de civilizaciones precolombinas; “El Mirador”, ubicado en cercanías al centro urbano y desde donde puede vislumbrarse el Río Bermejo; “Bajada Florida”, mágico lugar a orillas de aguas fluviales. Viñedos y bodegas, hotelería y exquisiteces gastronómicas, completan la propuesta de Villa Unión, terreno de trascendente importancia para el desarrollo del turismo aventura en la provincia de La Rioja.
Cercan su territorio la magnífica Reserva Natural de Vicuñas de Laguna Brava, el Parque Nacional Talampaya provisto de espléndida originalidad, y la Cuesta de Miranda erigida hacia el este.
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Cuesta de Miranda
A 35 Km de Chilecito
A 35 kilómetros de la ciudad de Chilecito, un camino de cornisa invita a deleitarse con un paseo emocionante por el centro de la Provincia de La Rioja. La Cuesta de Miranda se desplaza por una geografía accidentada teñida de un sorprendente color rojo.
Tomando la Ruta Nacional Nº 40, y transitándola hasta que el ripio la tapice, el Río Miranda será el guía en este paseo imperdible. La quebrada de este curso de agua vincula al Valle Antinaco-Los Colorados con el Valle del Bermejo. Sobre ella se extiende este camino de curvas y contracurvas que por momentos se interna entre los picos montañosos, escoltado por altos paredones, y en otros alcanza las cimas.
Las laderas se encuentran coloreadas por el verde oscuro de la jarilla y las especies cactáceas, junto a los tonos ocres y rojizos que delatan la presencia del óxido de hierro. El fuerte viento erosiona todo el paisaje, permitiendo descubrir la escala de tonos de algunos acantilados y las extrañas formas que toman al ser afectadas por los factores climáticos.
Este aventurero sendero se eleva en su punto máximo a 2020 metros sobre el nivel del mar. Conocido como Boro Atravesado, este lugar ofrece un panorama incomparable hacía cualquiera de los cuatro puntos cardinales permitiendo apreciarlo en toda su magnitud y deleitarse con maravillosos avistajes de aves.
Descendiendo hacia Villa Unión, las postales siguen sorprendiendo con su versatilidad y el inconfundible encanto de la región cuyana.
Se ubica a 90 kilómetros de Guandacol.
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Sañogasta
A 120 kilómetros de Guandacol
Formando parte del itinerario fascinante que la Ruta Nacional 40 propone por las tierras riojanas, la pequeña comunidad de
Sañogasta se hace presente regalando toda su belleza pueblerina y esa tranquilidad única de las postales riojanas. Ubicado al pie de las Sierras del Famatina, se esparce entre cultivos de nuez; calles con muchas curvas; y el altibajo característico del relieve de la zona.
Aquí se puede conocer la iglesia de San Sebastián, una de las más antiguas de toda la Provincia de La Rioja.
Nonogasta
A 130 kilómetros de Guandacol
Ubicada en la intersección de las rutas nacionales 40 y 74, la pequeña comunidad de
Nonogasta irrumpe en el agreste paisaje riojano regalando una comunidad que desborda una tranquilidad que parece contagiarse de su entorno. Perteneciendo al Departamento Chilecito, es una región que se destaca por el cultivo de vides y frutales de carozos. Aquí se encuentran las bodegas más importantes de la provincia, con vinos que se destacan por su excelente calidad.
Patquía
A 114 kilómetros al sur de Nonogasta
Localidad en la que se entrecruzan cinco rutas que recorren la Provincia de La Rioja, Patquía es un destino cuyano capaz de sorprender a sus visitantes con su sencillez y la calidez de sus habitantes.
Un gran cartel que indica el nombre de este “cruce de caminos” le da la bienvenida a sus visitantes, invitando a recorrer sus calles y maravillarse con la serenidad que la invade. Casas bajas forman el conglomerado urbano, que incorpora arboledas para romper con la aridez del paisaje: el único edificio que se destaca por su altura es la majestuosa Iglesia, con una torre central en la que ubica el campanario.
El ambiente agreste y rústico de esta porción riojana es el indicado para el cultivo de dátiles. Este fruto proviene de una palmera que encuentra excelentes condiciones para su desarrollo, originando verdaderos oasis productivos. Cada año la Fiesta Provincial del Dátil reconoce la importancia del cultivo para esta región.
Desde Patquía parten excursiones que recorren diversos atractivos cercanos: el Parque Nacional Talampaya; las Sierras de Paganzo; y los cercanos Mogotes Colorados invitan a admirar los paisajes únicos e imponentes que tapizan el centro-oeste riojano.
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Chilecito
A 15 kilómetros de Nonogasta
Custodiado por el reconocido Valle de Famatina,
Chilecito se alza como uno de los principales centros poblacionales de la provincia de La Rioja. Turístico, productivo y magníficamente bello, combina en su territorio alternativas para todos los gustos valiéndose de la geografía y la cultura que encierran sus límites territoriales.
Es a través de la mítica Ruta 40 que puede accederse a este escenario de espectaculares colores donde la naturaleza se disfruta en todo su esplendor, y donde múltiples circuitos invitan a conocer detalle por detalle la ciudad: recorridos por valles y montañas; itinerarios geológicos-mineros; y rutas en las que aventuradas actividades colman de adrenalina a quien se lanza por ellas; incorporan vivencias inolvidables a los ya perfectos paisajes riojanos.
Así como aventurero, Chilecito también es rico en patrimonio cultural, lo que puede descubrirse en museos, antiguas iglesias y sitios arqueológicos, al igual que en la tradición y estilo de vida que demuestran paso a paso los lugareños.
Otra interesante opción la constituye el turismo rural que permite a los visitantes conectarse tanto con la naturaleza como con la idiosincrasia local. Visitas a bodegas, viñedos, agro industrias; observación de cultivos y ganados; y participación en distintas actividades junto a los campesinos; dan al visitante la oportunidad única de experimentar la vida chileciteña.
En los alrededores se puede visitar la
Mina La Mexicana; Tamberías del Inca; el histórico Cablecarril, entre otros sitios igual de fascinantes.
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Famatina
A 30 kilómetros de Chilecito
Atravesando el centro del territorio riojano, la pequeña comunidad de
Famatina aparece formando parte de un circuito pleno de bellezas paisajísticas, escenarios propicios para el desarrollo de actividades recreativas, y espacios histórico- culturales de importancia para la región. Ubicada a 1557 msnm, lo que la convierte en una de las poblaciones urbanas más altas de la provincia, está rodeada por una espectacular oferta de naturaleza, postales dibujadas por valles y quebradas, cielo diáfano y purificante aire.
Invadida por cultivos de nogal, se impone como uno de los sitios que produce las mejores nueces del país. Y además de esto, también es dueña de esas postales vertiginosas que invitan a la práctica de deportes de aventura como trekking, montañismo, o parapente.
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San Blas de los Sauces
A 117 kilómetros de Chilecito
Pintoresco territorio de la provincia de La Rioja,
San Blas de los Sauces se alza en el extremo norte del mapa, casi al límite con Catamarca, engalanando la cartelera turística regional con paradisíacos balnearios naturales, quebradas desafiantes y ruinas incaicas. Comodidad y calidez, esta ciudad y los poblados que la circundan invitan a vivenciar una encantadora experiencia, siempre atendidos por lugareños.
Zona serrana delineada por quebradas y valles, y surcada por el río de Los Sauces, San Blas sorprende a los visitantes con un característico color verde asentado casi arbitrariamente en la hilerita de pueblos componentes del departamento. Diferenciándose de la aridez típica de La Rioja, esta zona presenta como atractivo central al Complejo Turístico Andolucas con sus piletas naturales y su sensacional cascada, así como otros recreos emplazados a la vera de cristalinos cursos de agua.
San Blas de los Sauces conserva en su templo la imagen del Patrono del departamento congregando cada 3 de febrero a miles de peregrinos, principalmente cantantes y locutores, que llegan para agradecer o pedir al santo de las gargantas. Festividades folklóricas, festejos de carnaval y espectáculos artísticos se suman a la sección de esta celebración religiosa conquistadora de turismo.
Pero si de descubrir la cultura local se trata, nada más desafiante que alcanzar las ruinas incaicas situadas en lo alto de la Quebrada de Hualco. Arte rupestre, material cerámico, vestigios de construcciones indígenas, es lo que puede contemplarse en las tamberías allí atesoradas.
Todo el departamento, extendido a través de diversos pueblitos sobre la serpenteante Ruta Nacional Nº 40, goza de un microclima singular que lo constituye en lugar de descanso. Bonitas iglesias, cultivos de hortalizas y frutales, variedad de productos regionales, casonas de adobe, esparcimiento, alojamientos, venta de artesanías y comidas típicas, hacen de San Blas un centro especial para el disfrute de su estadía.
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