Picos montañosos que se alzan como buscando el cielo y permanecen nevados durante todo el año; colores radiantes asoman con la llegada de la primavera mientras el manto blanco de nieve va desapareciendo; lagos, ríos y arroyos cristalinos completan estos paisajes emocionantes que rodean a Las Vegas e invitan a maravillarse con esta porción de la Provincia de Mendoza.

Un relieve sinuoso y desafiante convoca a los amantes de la aventura: paredones rocosos e intimidantes son el escenario ideal para quienes disfruten del riesgo con actividades como escalada, rappel o canopy, llegando a rincones únicos y poco explorados.

Quienes busquen alternativas más tranquilas podrán elegir entre cabalgatas guiadas por caminos arbolados y de frondosa vegetación; caminatas por las orillas de cursos de agua cristalinos y turquesas; trekking recorriendo la apasionante geografía…cada una conlleva sus encantos particulares y atrapantes.

La cercanía al majestuoso Embalse Potrerillos y el Río Mendoza regalan la posibilidad de practicar deportes náuticos: descubrir el ecosistema que vive sumergido será una experiencia emocionante para los turistas que se animen al buceo; aprovechando los rápidos y saltos, el rafting se impone con toda la adrenalina; completan esta cartelera el windsurf y el jet sky, haciéndola más tentadora.

Pero todavía queda más por explorar: la nieve blanca que cubre todas las montañas en la época invernal es la responsable de ampliar las alternativas de este destino: los Centro de Esquí Penitentes y Vallecitos proponen deleitarse con el esquí y el snowboard. Nada más se le puede pedir a este paraje mendocino que hechiza a sus visitantes y los obliga a regresar.