Playas y bosque logran una conjugación sin par en Mar de las Pampas. A la vera del Océano Atlántico, más allá de la distinguida Villa Gesell, esta localidad veraniega cautiva con su serenidad suprema y sus espacios maravillosos. Lugar donde el verano se vive a pleno desde el incipiente amanecer hasta la noche estrellada, aquí nada perturba la satisfacción de las vacaciones.
Imagen - Argentinaturismo.com.ar
Contemplar la salida del sol desde las arenas es una tradición en Mar de las Pampas, que ya a media mañana se brinda perfecta para comenzar la jornada playera. Desayunos fortificantes a la orilla del mar; almuerzos rápidos para no perder la continuidad del disfrute del sol y el agua; sabrosas meriendas que prolongan la tarde; cenas tradicionales bajo el manto de estrellas que ilumina la playa; el único parador de esta villa balnearia hace posible el disfrute pleno y constante sin necesidad de alejarse de la costa.
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Castillos de arena, actividades deportivas y recreativas, bronceados satisfactorios, fogones y guitarreadas, cada momento se torna único en Mar de las Pampas, la ciudad sin prisa de Buenos Aires.