Es la ciudad balnearia más reconocida de la Costa Atlántica argentina por sus playas y su movida; y es también un pesquero del que es válido conocer los secretos. Un adelanto: corvinas y pejerreyes son sus piezas más preciadas.
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En Mar del Plata, los operadores de pesca parten desde el Torreón del Monje con semirrígidos, desde el puerto con diferentes embarcaciones mayores, y desde el Club Motonáutica con cruceros.
De las opciones anteriores, la que atañe a las naves mayores es la que generalmente no se concentra en la pesca de corvinas, excepto que toda la tripulación desee la captura de esa especie en particular o que las condiciones del mar no sean las óptimas para internarse en el mar en búsqueda de la pesca de altura.
En este reconocido destino turístico, las posibilidades de pesca más tentadoras de la época otoñal, difieren mucho de la temporada veraniega cuando en cualquier banco se pueden sacar corvinas, cazones, rayas y más. Es sabido que en junio llegan desde el sur los cornos, especie de pejerrey más voraz y peleador que puede engancharse hasta fines de agosto, y que no pasa el límite marcado por Playa Varese.
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Otra gran espera se da con el pez elefante, que llega a fines de mayo para alimentarse de anchoítas, y permanece al menos hasta el mes de octubre. Se trata de una especie muy combativa que, a pesar de la utilización de equipos livianos, brinda una entretenida pelea al pescador.
Mar del Plata es un medio apto además para otro tipo de eventos. Así, a fines de octubre se realiza en Playa Bristol el Torneo de Pesca Variada con premio a la pieza de mayor longitud, un certamen de pesca deportiva juvenil que congrega a aficionados de entre 6 y 14 años.
Pesca de corvinas
Las corvinas tienen su hábitat no más allá de los 4000 metros desde la costa, y a una profundidad de no más de 30 metros.
Los pesqueros clásicos son los bancos de las Tres Cúpulas, Pierino y el Pozo del Tío.
