Un circuito de bellezas cristalinas se bifurca hacia diferentes puntos cardinales a escasos kilómetros de la ciudad de San Martín de los Andes, cautivando a quienes lo recorren en cualquier época del año. Partiendo hacia el noroeste, el primero en aparecer -a 12Kms.- es el Lago Lolog, la mayor reserva de agua de óptima calidad, rodeado por cerros de mediana altura que exhiben una exuberante vegetación entre la que domina el coihue. Un poco más allá se descubren los lagos Curruhué Chico y Curruhué Grande, obteniéndose desde el mirador natural de este último una impactante escena de valles glaciarios. Las Lagunas Verdes, Escorial y Del Toro preludiarán la esplendorosa muestra del pasado volcánico de la región hasta chocar con su máxima expresión: un río de lava petrificada, producto de la erupción del Volcán Achén Ñiyeu, que atraviesa la ruta para volcarse en las aguas del Lago Epulafquen. Se encontrarán aquí 19 pozos de aguas termonimerales y un camping organizado dónde disfrutar de múltiples actividades.
Hacia el noreste, y a 61Kms. de San Martín de los Andes, brota el grandioso Lago Huechulaufquen conectándose por medio de la angostura La Unión con el Lago Paimún, cuyas playas de arenas negras, estampa de la actividad volcánica de otros tiempos, constituyen un especial atractivo turístico.