Pensado junto el diseño de la ciudad nueva en 1863, el Parque General San Martín es uno de los espacios verdes más fascinantes de la Provincia de Mendoza. Se extiende a lo largo de 307 hectáreas, en dónde la belleza de la vegetación se combina con un espejo de agua y la presencia de obras escultóricas que lo vuelven aún más atractivo. Su diseño representa fielmente la obra de su creador, el paisajista Carlos Thays.
La llegada a este fascinante rincón adelanta su majestuosidad con un conjunto de Portones de Ingreso que fueron adquiridos en Escocia. Realizados en hierro fundido están coronados por la figura de un cóndor y el escudo de Mendoza. Los registros indican que para noviembre de 1908 ya se encontraban dando la bienvenida a los visitantes de este lugar.
Al comenzar el paseo, un sinfín de tonalidades de verdes se presentarán dando muestra de las especies arbóreas de todo el mundo que confluyen en este extenso paraíso construido por el hombre. Para hacer más atractiva esta postal se suma un Lago artificial de un kilómetro de largo. En unos de sus extremos regala la pintoresca Isla de los Enamorados.
Transitando por los 17 kilómetros de recorrido interno, aparecen más sorpresas: la Fuente de los Continentes es una de ellas. Fue importada desde Francia, y allí se representan los continentes de América, Europa, Asía y África. Oceanía no figura porque hasta ese momento pertenecía al territorio asiático. Sus formas y adornos dan cuenta de las fuentes ornamentales europeas de los siglos XVIII y XIX.
Otra de las obras que hermosean el parque son Los Caballitos de Marly, una réplica de los originales que se encuentran en el Museo del Louvre. Este grupo escultórico fue encargado por el gobierno provincial en 1911 a la firma francesa de Sahores y Ojeda de París, y fue ejecutada por el artista Berthier.
Y hay más para descubrir: muy cerca se ubica el Monumento al Ejército de los Andes, en el Cerro de la Gloria. Este trabajo del escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari tiene como protagonista una figura ecuestre del General San Martín, rodeada de un grupo de seis granaderos de cada lado. En la parte superior se puede observar a la caballería en posición de ataque, y sobre ésta una figura que representa a la Libertad envuelta en la bandera nacional. Alrededor del pedestal hay tres frisos que muestran las principales escenas de preparación del ejército que cruzaría la cordillera.
