Sumándose a los espacios verdes previstos por los ingenieros Jerónimo Ballofet y Eusebio Blanco, cuando proyectaron la nueva ciudad en 1863, la Plaza Chile es un lugar apacible que recibe a sus visitantes con los verdes de palmeras; sauces; y de un centenario aguaribay.
El centro aparece marcado por una fuente de agua que emana un alto chorro de agua central, cuyas paredes externas presentan un diseño con colores que remiten a la bandera del vecino país chileno. Vigilando este elemento ornamental, una escultura que reza “Amistad inmortal - O'Higgins -San Martín- Argentina –Chile” representa a los libertadores de las naciones hermanas: esta obra fue plasmada en un solo bloque de piedra de 22 toneladas traído de la Quebrada del Toro, e inaugurada el 18 de mayo de 1947.
Al paisaje se suman un mástil envuelto en una estructura con forma de laureles, obra del artista José Carrieri; juegos infantiles para los más pequeños; bancos coloridos; y luminarias que permiten disfrutar de este sitio cuando el sol se esconde.