Las vacaciones en familia no pueden encontrar mejor destino que Nono. Un pequeño poblado de Traslasierra donde, a pesar de su aspecto arcaico, la alegría invade a los visitantes.
En Nono el tiempo parece haberse detenido, eternizando la tradición en sus rústicas calles, en sus ferias artesanales y en sus pintorescas casas de te que ofrecen sabrosas comidas regionales. Pero este atractivo cultural y arquitectónico no es su único privilegio, porque Nono también goza de un microclima exclusivo que, debido a su carga iónica negativa, colma de energía a quienes llegan hasta este edén oculto entre las sierras.
Otros de los insuperables atractivos turísticos de este rincón de Traslasierra, Córdoba, son la Sierra Grande de los Comechingones y la Sierra de Achala, sitios en que explota el turismo de pseudo-aventura en actividades como trekking, cabalgatas y mountain bike. En cuanto a los deportes náuticos y la pesca deportiva, encuentran su espacio ideal de realización en el Lago La Viña, un diáfano espejo de agua que, además, encanta a la vista.
A apenas cinco kilómetros de distancia, el Museo Polifacético Rocsen se alza con su exposición permanente de más de 20 mil piezas originarias de todo el mundo, sumando a las variadas alternativas un imperdible paseo histórico-cultural.