Rodeada por la precordillera, en el corazón de hondos valles, yace
Pismanta, una pequeña localidad sanjuanina de gran afluencia turística debido a sus excelentes aguas termales. Inmejorables servicios, y un clima privilegiado por veranos de noches frescas e inviernos tibios bajo el sol diurno, la hacen propicia para vacacionar durante todo el año con las mejores comodidades.
En Pismanta se conjuga la aridez del desierto y el verde profundo del oasis, resultando uno de los más bellos paisajes de la provincia de
San Juan. Tranquilidad y relax, el ambiente es musicalizado por el trinar de los pájaros y el murmullo armonioso de las aguas bajando desde las altas cumbres, lo que en conjunto crea el ámbito preciso para el descanso pleno de quienes buscan liberarse del estrés citadino.
Por sus cualidades rejuvenecedoras y terapéuticas, las
aguas termales de Pismanta son descritas como las mejores del mundo, y se las recomienda especialmente para casos de reumatismo y afecciones de la piel.
La localidad cuenta, además de sus atractivos naturales, con un
Museo Municipal donde pueden apreciarse piezas de arqueología y artesanías, petroglifos indígenas, cerámicas y tejidos tradicionales, todo de gran valor cultural para la región.
A sus alrededores, el turismo de aventura atrae a los turistas más arriesgados, mientras que, un poco más allá, el
Paso Agua Negra permite acceder a la chilena ciudad balnearia de La Serena.
Turismo natural y saludable, en Pismanta podrá experimentar uno de los mayores placeres de la vida.